Buenas tardes a todos y a todas. La verdad que primero, agradecer por la concurrencia, por el acompañamiento, por supuesto que en tiempos como este, este tipo de reuniones tiene varios papeles, varios objetivos, uno por supuesto es el anuncio de hoy, la puesta en común, el repaso de la situación. Otro también, reunirse y compartir un rato acá en Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, porque desde el comienzo de nuestra gestión, ya primer mandato, nos habíamos propuesto afianzar, o a veces casi diría, construir, empezar a construir un vínculo entre el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y la enorme cantidad de universidades, pero también de organismo vinculados a la ciencia, a la investigación, a la tecnología que hay en la Provincia, y que existía una situación cuando llegamos acá de mutua indiferencia. Y lo identificamos como un problema profundo, ¿no? La provincia de Buenos Aires es, indudablemente, la principal provincia en términos de población, de producción, de cantidad de empleo, cantidad de empresas, por su tejido industrial se destaca la provincia de Buenos Aires. Cristina decía ‘tenemos el 40% de la población pero sobrerrepresentados en materia de industria’, más del 50% de la industria argentina funciona dentro de la provincia de Buenos Aires, y sin embargo, el Gobierno provincial no tenía políticas de cara, creo yo por lo menos determinante, no digo en la gestión Vidal que abandonó prácticamente todas las políticas productivas, ustedes saben que durante mucho tiempo mi antecesora ni siquiera tuvo Ministerio, bueno, estuvo vacante el Ministerio de Producción, así que el desinterés y el divorcio era absoluto.
Pero así y todo, yo siempre pensé que había una oportunidad muy grande vinculando al Gobierno provincial con el sistema universitario, científico y tecnológico de la Provincia y el que opera en el territorio de la provincia de Buenos Aires, que había muchísimas oportunidades de articulación y que, sin embargo, habían sido durante mucho tiempo desperdiciadas.
Es decir, que comenzamos pre Milei una serie de reuniones donde vinieron los rectores, tratamos y de hecho formamos algo así como un Consejo Universitario Provincial, algo así porque la jurisdicción es medio incómoda, pero bueno, comenzamos la vinculación con las universidades, lo que no sabíamos en aquel entonces es que ese vínculo iba a terminar volviéndose una especie de elemento de supervivencia cuando pasara lo que pasó no, no sabíamos que iba a venir Milei. Escuchaba de nuevo los números, por supuesto que como economista y más en la Argentina, a veces uno está acostumbrado a números, a porcentajes en materia económica bastante disruptivos, pero lo que está ocurriendo en la Argentina de hoy, lo que está escurriendo desde lo que asumió Milei con diferentes sectores de la acción de gobierno y diferentes áreas de la economía es devastador, es un panorama devastador. La verdad que caída del 30% sobre los salarios, dicho así, con un país que ha tenido tasas de inflación elevadas, no se termina de comprender lo que representa en materia de directamente posibilidad de existencia de un sector al que se le revientan los salarios, ¿no?
Ni hablar los presupuestos en general, todo lo que tiene que ver con infraestructura, hace poco creo que fue la revista Nature, que hizo, que le puso un nombre que acá… Bueno, yo no sé si soy el que lo acuñó para cuando era el industricidio de Macri, pero por ahí anduve. Así que era un industricidio, habló de cientificismo, ¿no? Y habiendo experimentado en carne propia, de alguna manera, lo que fue la etapa de la década de los noventa con relación a los presupuestos universitarios, a la universidad, al intento de arancelamiento, uno siente como estar viviendo de nuevo la historia, pero en una vuelta de tuerca mucho más dramática. La verdad que es muy doloroso, yo lo digo no con la vocación de usar adjetivos que suenen bien o poéticos, la verdad que es tremendo, tremendo, criminal lo que está haciendo el gobierno de Milei con el sistema universitario, científico y tecnológico de la Argentina. Me parece que hay que ponerlo en perspectiva y darle dimensión.
Yo miraba el otro día en otros episodios horribles que tuvo el vínculo de gobiernos nacionales con el sistema universitario, la verdad que no se había visto algo así, algo tan truculento, tan tremendo y que, como alguno dijo, creo que Dani, nos pone en riesgo de supervivencia al sistema universitario argentino. Por supuesto que tiene una capacidad de hacerlo, que ha demostrado, pero obviamente los efectos que tienen estos recortes feroces son algunos de cortísimo plazo en los bolsillos de quienes están en la actividad y en la calidad de vida y en las condiciones de vida y, por tanto, también en las condiciones de trabajo. Y después, en un deterioro más lento de mediano, largo plazo y estructural que tiene que ver ya con este abandono de quienes forman parte del sistema, esto de quienes se tienen que ir al extranjero por pérdida de posibilidades de sostener laboratorios, planes de investigación o incluso tarea vinculada a la docencia, pero lo que no estamos mensurando es la cantidad de pibes y pibas jóvenes que desertan o que son disuadidos por esta situación, ¿quién va a querer con esta campaña inmunda que tiene Milei, quién va a querer atar su destino a la universidad, al CONICET, a la ciencia y la tecnología? Que lo tienen aún sin creer en nada del desprestigio que intenta generar, simplemente por condiciones de vida, proyección, condiciones de posibilidad, se han interrumpido viajes al extranjero, compras bibliográficas, para hablar más de la actividad corriente de los investigadores de todas las disciplinas, pero ni hablar lo que se pierde en materia de nuevos proyectos de investigación. Creo que no hay que dejar, y lo han hecho con diferentes actividades quienes no forman parte del sistema, de difundir y de alertar sobre las consecuencias que tiene esta política. Y que tan notorio y tan llamativo que se ve a kilómetros y miles de kilómetros de distancia lo que está haciendo Milei con la universidad y la ciencia argentina.
Después hay algunas disquisiciones menores, creo yo laterales, que tienen que ver con tratar de comprender lo que está pasando, por qué. Yo creo que hay pocas áreas de la actividad en general, de la actividad social, tan prestigiosas como la docencia y la investigación universitaria.
Uno dirá, bueno, esto que llama Milei la batalla cultural, bueno, va perdiendo por goleada, entró perdiendo y sigue perdiendo por goleada. No es que nuestro pueblo ahora piensa que el sistema universitario hay que auditarlo porque son todos chorros. No, no, lo digo con certeza, eh, y además lo experimento en una provincia que tiene la naturaleza de la nuestra y la vastedad de la nuestra. Uno no se encuentra a nadie que, o por lo menos no es mayoritario y yo creo que poco difundido, que haya permeado este discurso de ataque a los científicos, a la universidad. Y se notó en las marchas por ejemplo, se notó en las marchas. Digo esto, obviamente es a nivel apreciación, no lo tengo medido, si he visto varios sondeos, varias encuestas, estudios que muestran que no hay un clima ni hay una conciencia ni un cambio de sensibilidad que haya convertido el prestigio que tiene la Universidad y la ciencia argentina por estas campañas que emprende Milei, su gobierno y su sector político, parte de la prensa, etcétera, etcétera.
Digo esto intencionadamente, porque creo que lo peor que nos podría pasar es creer que por el poder que hay involucrado, por la repetición o por, a veces, la violencia de los ataques creer que entonces se ha instalado una nueva forma o estructura de pensamiento, de sentimientos en nuestra sociedad. La verdad que les digo en eso estén tranquilos, no, no es ni predominante, ni permeó, ni me parece que sea un discurso que tenga mucha capacidad de torcer determinadas convicciones. Veía encuestas el otro día y entre los oficios o las profesiones más prestigiosas sigue estando docente, investigador universitario. La gente sigue queriendo ir a la universidad, los pibes, las pibas de la Provincia, no es que se han comprado todo ese paquete de mentiras y de acusaciones. Lo digo porque lo peor que nos puede pasar, vengo repitiendo esto, es caer en el desánimo, no de la situación que pasa y que ocurre en lo material, en lo presupuestario, o en la vida cotidiana que tenemos que sufrir con esta situación, sino que lo peor es creer que a nivel cultural, a nivel histórico y a nivel simbólico, estos ataques contra la universidad, este terraplanismo, ahora es mayoritario. No lo es, no lo es y no lo va a ser. Creo que cada vez, incluso, se va a ir extinguiendo y se va a ir mojando más la pólvora de estos ataques.
Miraba una encuesta decía, todavía en las primeras posiciones, está la universidad institucional, muy por encima de qué sé yo, del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial, todo lo demás, es decir, sigue estando en esa posición, más allá de un clima general finisecular, y un poco de situación decadente o complicada, ¿no?
Entonces, lo primero es que esa campaña fracasó, esa campaña fracasó. Decía, ¿por qué están haciendo esto? Bueno, esa campaña yo creo, va, estoy convencido de que fracasó. Decir que en la universidad se roban los recursos, más allá de que sigan insistiendo con las auditorías, y con todo eso, y más allá de que tengamos que seguir discutiendo argumentalmente los engaños, las mentiras, las falsas noticias, que hay en torno a esto, creo que no hay que dejarse teñir o dejarse embargar por esas ideas, no porque uno las vaya a creer sino porque a veces pareciera que los demás por la inmovilidad, a veces por la pereza y la falta de reacción parece que entonces permeó y penetró el discurso.
No es así, no es así, lo que está pasando es de otro orden, pero no tiene que haber específicamente con el ataque contra la universidad, la ciencia y la tecnología argentina. Me parece que lo que está en cuestión tiene que ver con un cambio en la orientación de la matriz productiva de la Argentina, de la inserción internacional de la Argentina, de qué hacemos los argentinos, qué se hace en la Argentina y qué papel tiene a escala mundial.
Creo que hay una disputa, nosotros siempre la llamamos de modelos, de modelos, nunca tan explícita como ahora. Un presidente que celebra y ve el paraíso perdido en el modelo agroexportador argentino, en 1880 y pico, 1880, momentos donde dice que la Argentina fue la primera potencia mundial. Toda una sarta de mentiras, un país este dependiente, prácticamente parte de un imperio extranjero y a nivel de condiciones de vida del grueso de nuestra sociedad, un país horrible y espantoso, ¿no?, con enorme desigualdad. Por eso las cifras que muestran, que además de ser mentirosas se limitan al agregado, no a las condiciones distributivas.
Pero bueno, pocas veces escuchamos de manera tan frontal que quieren convertir a la Argentina en un país primarizado, en un país dependiente y en un país primarizado y financierizado, ¿no? Un país que forme parte del circuito de acumulación, donde el valor agregado, el trabajo calificado, se desenvuelven en otros lugares, no en el país.
Está dicho de manera explícita, creo yo como nunca antes, hay que retroceder a la propaganda de la silla de Martínez de Hoz, para ver un ataque de esta dimensión y, así y todo, creo yo que menos profundo que lo que se está planteando ahora, que venía matizado de alguna manera ¿no?, obviamente con lo horrible que pueden ser las comparaciones. Pero ahí sí creo que hay determinados puntos que presupuestariamente no tienen relevancia, porque si fuera cierto que lo que se está aplicando es un programa monetarista, anti inflacionario, donde hay que bajar el déficit para reducir la emisión, y reducir la emisión para bajar la inflación, la verdad que lo de recortar el presupuesto universitario no es relevante ni en términos relativos, ni menos todavía, en términos absolutos. No mueve la aguja el presupuesto universitario y de ciencia y tecnología en materia de un ajuste macroeconómico, no mueve la aguja. Así que hay una saña especial ¿no?, particular. Como lo hay también con el INCAA, o con la cultura, con el cine, con el arte argentino. Es decir, todo lo que es específicamente propio nacional es atacado con más violencia. Es decir, que el ajuste universitario yo lo asocio más a la batalla cultural que a la cuestión macroeconómica, ¿no?, si tengo que encontrar las causas profundas de tanto encono.
Es decir, es una declaración de principios, no una cuestión fiscal lo que está ocurriendo. Por eso la guerra, una guerra declarada, una cruzada, contra las universidades y el sistema científico tecnológico de Argentina. Lo que lo que sí es cierto es que sin universidad pública, sin sistema, sin CONICET, sin INTA, sin INTI, sin todo nuestro sistema, es verdad que, al mismo tiempo que se genera en efecto de corto plazo, es como una suerte de castración, ¿no?, permítanme el término, porque genera una pérdida de capacidades para el sistema, para el desarrollo argentino que tiene efectos de largo plazo gravísimos, que son dinámicos, pero yo creo que en ese sentido, una tarea que tenemos nosotros que es de sostener, de mantener y de resistir, y de contener a los que forman parte del sistema para que transcurran esta etapa sin que se desmantelen las capacidades que se han desarrollado, sin que se vayan o cambien de rubro, sin que abandonen. Montar un laboratorio, montar el sistema atómico argentino, nuclear, bueno, son cosas que llevan décadas y desmontarlo es algo que se puede producir en un cortísimo plazo. Y volverlo a montar, no sé si lleva décadas o es directamente imposible, imposible.
Así que en ese sentido, varias cosas. Voy a hablar ahora del papel de la provincia de Buenos Aires. La provincia de Buenos Aires no puede, porque está más allá de nuestras posibilidades financieras, desde nuestras incumbencias legales, y de nuestra posibilidad, diría yo directamente material, compensar plenamente, sustituir y reemplazar la ausencia y, a mí me gusta llamarla abandono, pero mejor, deserción del Estado nacional. Vuelvo al término deserción, soy un poco hincha pelota con esto, pero creo que la deserción muestra que esto no es simplemente que decidieron no ocuparse o correrse, sino que están faltando a deberes y obligaciones que tiene el Gobierno nacional. No es que el Gobierno nacional puede decidir no invertir en infraestructura, o por caso, no invertir en la universidad porque el Presidente tiene un conjunto, un cuerpo de doctrinas, de teorías caprichosas e inaplicables pero que están en contra de esto. No es así, no es que llega a presidente y después puede tirar por la ventana todo el marco normativo, las leyes, los acuerdos, las normativas, no puede.
O sea, que es ilegal lo que está haciendo, me parece que alguien lo marcó, es absolutamente ilegal y eso, en ese sentido digo una deserción, no es que se corrió de algo que era optativo o que dependía de la voluntad de quien ocupara el cargo, sino que está dejando de hacer lo que representa obligaciones del Gobierno nacional.
La provincia de Buenos Aires no puede, no puede porque también está experimentando esta situación de ahogo presupuestario. Con la Provincia también se ensañó particularmente, pero con todas las provincias argentinas, porque es un gobierno profundamente centralista, unitario, uno diría dentro de las tradiciones de la historia argentina, pero no tenemos ni el alcance financiero ni el alcance jurídico para contener a todo el sistema cuando el Gobierno nacional se corre. Entonces, creo que lo que hemos decidido hacer es, en algunos aspectos, reforzar determinados programas. En otros, inventar uno nuevo, como el que tiene que ver con las obras que abandonó el Gobierno nacional para hacer obra pública en universidades nacionales, eso es absolutamente novedoso, pero que es producto de la situación excepcional que estamos viviendo, el estado de excepción en el que estamos viviendo.
Y luego, algunas cuestiones que tienen un valor también simbólico y también de cara al porvenir y al futuro. Yo creo que hoy lo que hay que contarle al sistema universitario, a los estudiantes, a los docentes, a los investigadores, es que esto no es para siempre, ¿no? Que hay que circunscribirlo en el tiempo y que hay que atravesar esta etapa complicada y que no van a… que no se van a salir con la suya en términos de torcer una construcción que lleva décadas y generaciones y que además es uno de los orgullos más grandes que tiene la Argentina y uno de sus aspectos distintivos.
La universidad argentina, la ciencia argentina, está muy por encima de lo que proporcionalmente le corresponde a la Argentina en materia de participación poblacional o en el PBI mundial. Hay un plus que tiene que ver con un trabajo que llevó muchísimo tiempo. Entonces creo que hay una función que tenemos nosotros, que es, por un lado sostener las tareas en esta situación de complejidad. Por otro lado, dar las discusiones, es decir, que yo decía el otro día que si nos llaman a una batalla cultural vinculada si tiene que tener o no, si tiene que haber o no una universidad pública o si tiene que haber o no un sistema público, científico y tecnológico, bueno, encantado de dar esa discusión. Creo que la veníamos ganando y la vamos a seguir ganando, pero también hay otra cuestión más, que tiene que ver con sostener el sistema en términos de perspectiva y de futuro, ¿no? Si logran convencer a nuestros jóvenes de que no vale la pena o de que esto se va a ir extinguiendo o va a ir desfalleciendo o va a entrar en una decadencia, bueno, va a ser difícil todo. Va a ser muy difícil todo.
Así que hay un elemento también de generar, no sé si llamarlo esperanza, pero sí perspectiva de que esto es transitorio, ¿no? Darle un carácter transitorio, que por supuesto dicho así tiene casi un elemento de voluntad. Uno no puede prometer esto, pero creo que lo más interesante es que para que sea transitorio no alcanza con decirlo, sino que es una construcción de oposición a este modelo, de oposición a estas políticas, de oposición a estas teorías, a estas doctrinas y a este sistema de valores que directamente nos están proponiendo.
Y ahí creo que no hay mejor lugar para recurrir que a nuestras universidades, para dar estas discusiones y para generar, para hablar de las consecuencias de desbaratar o desmantelar el sistema universitario y científico argentino, y también para explicar para qué y por qué tenemos que ir en la dirección contraria. Ahí la provincia de Buenos Aires puede tener, creo que tiene un papel, hay programas que son novedosos, programa Puentes. A veces me lo dicen en los pueblos donde vamos, que nos dicen ‘bueno, pero están cerrando, diciendo que van a cerrar las universidades y acá estamos inaugurando edificios, carreras nuevas’. Creo que ese efecto contraste, no discursivo sino práctico, en los hechos, creo que tiene un valor fundamental. Lo tiene también FIDBA, que creo que es una política acertada, obviamente de una magnitud limitada pero que indica una dirección y que tiene que ver con una demanda de hace mucho tiempo, incluso una crítica sobre el sistema científico que a veces le cuesta bajarlo o coordinarlo y articularlo con el sistema productivo. Sé que hay muchos esfuerzos, que este no es el único, así que quiero agradecerte, Toto, quiero agradecer al CFI porque va a tener continuidad el FIDBA y entonces damos esto que es tan importante, que es dar una perspectiva de que las cosas van a seguir funcionando.
Ni hablar lo que tiene que ver con condiciones de vida, es modesto en términos del desastre que hay social y económico en la Argentina, pero bueno, seguir ampliando el boleto estudiantil en la provincia de Buenos Aires, que ya tiene un alcance de 4 millones de pibes y pibas. Eso lo sufraga, lo financia enteramente el Gobierno de la Provincia. Cuenta DNI en las universidades, bueno, es modesto también pero en los comedores universitarios, en el acceso a fotocopiadoras, a útiles, es una ayuda menor. Pero hoy, en momentos de retroceso, creo que también simbólicamente que aparezca algo nuevo que dé una mano es también importante.
Me parece que el otro que hay que tratar de instalar es que hay un ataque contra nuestras universidades, eso podría ser científicidio, pero a nivel social, a nivel de sociedad en su conjunto es un suicidio desfinanciar las universidades, es mucho más general, mucho más amplio en materia de consecuencias que lo que atañe específicamente a la universidad o al sistema o cómo funciona o a los científicos, o a sus laboratorios o al CONICET. Como sociedad, si una sociedad quiere limitar su potencial, tiene que achicar su universidad. Si tiene que destruir sus perspectivas de desarrollo independiente, soberano, nacional, bueno, atacar a sus científicos que, además, mientras tanto los niveles de prestigio, bueno, no quería hablar de Vélez pero es parecido, ¿no? Es parecido, atacan a los clubes argentinos cuando la AFA nos lleva al campeonato y cuando los clubes cuanto más inserción tienen en términos de actividades sociales, barriales, mejor les va. Entonces, creo que la realidad les da en la cara ¿no?
No tienen explicación para lo que están haciendo, no tienen fundamento, pero la invitación esta, además del agradecimiento por acompañarnos, porque además esto es cotidiano, es primero una invitación a profundizar el vínculo entre el Gobierno de la Provincia y todos ustedes. Y la segunda es a dar esa batalla, que no es una batalla cultural, sino que es una batalla contra nuestra cultura. Por eso, es peor que eso, porque va contra elementos fundantes de lo que uno identificaría como la cultura o las cuestiones que le dan orgullo al pueblo bonaerense y argentino.
Así que creo que hay que hacer un esfuerzo inmenso de difusión, la verdad que hay que seguir, no hay que bajar los brazos. No vamos atrás nosotros en esta batalla, vamos bien adelante, pero si dejamos la cancha, la cancha libre y, bueno, puede que a alguno convenzan. Entonces creo que hay que hacer una campaña, hay que preparar campañas para discutir qué es la ciencia, la tecnología, la universidad, qué significa. En la provincia de Buenos Aires todos los días me pasa, voy a un secundario, a una técnica, pero a cualquier secundario y los pibes después quieren ir a una universidad. Es decir que esta bala no le entró a nadie, quieren ir a la universidad y no se preguntan si los presupuestos universitarios serán no sé qué, si es casta la universidad. No entró por ningún lado, por lo menos en provincia de Buenos Aires. Pero hay que aprovechar esta discusión para hornear un actor social que hoy es de pibes y pibas que están dispuestos a defender a la universidad pública y gratuita porque presienten que de esta manera están defendiendo la igualdad de oportunidades y las perspectivas de futuro. Están defendiendo lo que ellos quieren y su propia vida, se dan cuenta y tenemos que ser muy precisos y muy claros con esto, que si se empiezan a cerrar las universidades. Bueno, ya hay problemas con determinadas materias, con horarios. Bueno, si empieza a ser esto, los que van sufriendo no son las autoridades ni los docentes especialmente, que sí se les está descargando el ajuste, sino que los pibes y las pibas cada vez tienen menos perspectiva, menos oportunidades, menos opciones, ¿no?
Entonces creo que hay que volver a eso que funcionó muy bien. Me parece que de cara al año que viene, que además es un año electoral donde nosotros vamos a poner en discusión el modelo de Milei y sus consecuencias. Creo que necesitamos reforzar la llegada en medios masivos, en redes, pero también en territorio para explicar por qué estamos peleando, qué estamos haciendo. El Gobierno de la Provincia va en esto a contramano absoluta en el discurso, en el modelo del país y en la práctica y en las políticas de lo que plantea Milei. Obviamente para nosotros es una obligación, pero eso no quita que tengamos que profundizar la difusión y la discusión.
Va a haber una disputa, la disputa del lado de ellos es violenta, agresiva. Entonces tiene ese impacto, del lado nuestro lleva más tiempo explicar las cosas con otro tono y obviamente seguramente sea más arduo, pero hay que involucrar a todas las comunidades en esto y cada uno verá a dónde lo quiere hacer.
Para mí la universidad, los laboratorios, cada vez más ir a la calle, acercarse a la sociedad, dar la discusión de qué está en juego, porque a veces no se entiende bien y estos te lo ponen como que bueno, se ahorran unos mangos y después le agregan toda la parte de que la universidad es algo poco transparente. Toda esta cosa. Repito, estamos muy bien, no hizo mella.
Mi opinión es que se le tolera el Gobierno nacional estas cosas que hace esperando resultados más en la esfera de la inflación o en la esfera económica, pero que todo esto son cuestiones que se ven como bizarras, como raras y que no tienen que ver con el sentir de nuestro pueblo. Entonces, ahí hay terreno fértil para una nueva militancia, terreno fértil para una discusión y terreno fértil también para ir sentando las bases, poniendo los cimientos para lo que se viene después. Yo creo que esa es la discusión que hay que dar. De nuevo, otra vez más, por enésima vez, qué país queremos y por qué ese país que queremos necesita tener universidad pública y necesita tener esto que están atacando y destruyendo.
Así que, en ese sentido, es también una invitación esta foto o esta reunión, es un anuncio en nuestro apoyo y nuestra admiración a lo que hacen en condiciones tan desfavorables. También es una llamada de atención sobre que no nos creamos las campañas de ellos, que digan mil veces que la universidad es algo malo y que no queremos, no quiere decir que esto haya penetrado o que haya dado vuelta algún, este tipo de trabajo previo y de vocación previa. Y por último, creo que vamos a un año, el que viene va a ser un año electoral, bueno, donde se derrotan estas políticas, podemos hacer mil reuniones, podemos explicar muy bien pero esto se derrota en la calle y en las urnas.
Así que, en ese sentido, tiene que ser un plebiscito sobre esto también, tiene que ser un plebiscito sobre esto también, sobre la cuestión universitaria. Los que salieron a la calle a defender la universidad, por más que haya algún tipo de normalidad atenuada, tienen que comprender que está en riesgo, que no puede aguantar mucho más esto y que se va a destruir y que ya tiene pérdidas de corto plazo, mensurables e inmensas, infinitas, de mediano y largo plazo. Si no damos esta discusión, y bueno, van a ir a plebiscitar, que sé yo, el último número de inflación o Elon Musk o lo que ellos pueden festejar, o cómo subieron las acciones argentinas en Wall Street, o cómo le interesa a Trump, Meloni y Bolsonaro el personaje Milei, en vez de ir a discutir las cuestiones de fondo que nos están pasando.
Creo que esa es la responsabilidad que tenemos, esa es la invitación y el llamado, porque además, esto que decía del prestigio. Cuando yo hablo puedo tener, obviamente, un parlante o un megáfono grande, pero estoy muy encasillado, quienes somos dirigentes políticos en la disputa electoral, es decir, tienen que aparecer y tienen que tener protagonismo otros emisores de este discurso, otros actores, otras voces, tiene que haber otra voces, es importantísimo. Yo creo que es central, por eso nosotros estamos pensando en un frente de cara al año que viene que es un frente, por supuesto que de partidos políticos, de dirigencia política, pero es un frente también social, sectorial, popular. Tiene que ser mucho más grande que una cuestión de dirigentes y, en ese sentido obviamente, no estoy hablando de cuestiones electorales, pero sí de la discusión de cara a la campaña electoral del año que viene, donde nosotros necesitamos que, cuando pongan la boleta, es con o sin universidad pública, lo que se vote. Y ellos van a tratar de llevarlo a otros terrenos, al terreno del lawfare, al terreno de la persecución política, al terreno de la casta, al terreno de varias cosas más, nosotros tenemos que explicarle a la sociedad, que si no tenemos suficiente apoyo legislativo, apoyo al Gobierno de la Provincia, apoyo a determinada forma de pensar, a determinado programa, y bueno, no se va a poder sostener.
Creo que eso es lo que tiene que quedar claro el año que viene. El daño que están haciendo y que esto se para en las urnas y se para en la militancia y se para en la discusión. Así que bueno, creo que eso era lo que les quería transmitir, de nuevo con el agradecimiento porque nosotros nos sentimos que estamos acompañados en esto, y bueno, y el compromiso de seguir invirtiendo y dando por todos los medios posibles un acompañamiento y un apoyo al sistema, a las universidades, y a la ciencia y la tecnología en la Provincia, así que muchísimas gracias.